Se observa los porcentajes de inversiones que tanto instituciones como ciudadanos nipones poseen en paises asiaticos, en donde China y Corea del Sur son quienes mayores cantidades de fondos japoneses reciben.
Uno de los grandes riesgos que supone el desplome del país es que ciudadanos e instituciones nipones repatríen sus grandes inversiones en el extranjero. Si bien los recursos nipones resultan más imprescindibles para Indonesia o Malasia dado que financian proyectos de infraestructura para el crecimiento a medio y largo plazo; se espera que la salida de fondos resulte más dolorosa, para las economías periféricas (Filipinas, Tailandia y Taiwán).
Un golpe adicional será la caída de las importaciones en Japón, el gran comprador para Asia Oriental.